A través de estas líneas, deseo expresar con énfasis, la importancia relevante de nuestro papel como padres en el funcionamiento de una sociedad estable. Aunque existen miles de buenos libros escritos sobre este tema, quiero hacer énfasis en que el éxito en nuestra misión como padres, radica en manifestarles a nuestros hijos un amor motivado por una visión de futuro y destino para sus vidas.
Una de las preguntas que constantemente hago a los padres que asisten a mis conferencias es: ¿Cuántos desean tener una familia feliz?, como norma, todos levantan la mano con entusiasmo; luego cuando pregunto: ¿qué estás haciendo para que su deseo sea una realidad? se miran las caras sin saber que responder.
Apoyado por mi experiencia personal como padre, opino que una familia feliz, es el resultado de un matrimonio feliz, éste es el meollo del asunto. La felicidad de mi hijo Josué, depende de la felicidad de sus padres como pareja. Cuando mi esposa y yo nos abrazamos y él nos ve, corre a abrazarnos y nos dice lleno de alegría: ¡Abrazo de Familia! ¡Los amo papi y mami!, pero, por el contrario, cuando nos ha visto discutiendo, hemos visto lágrimas y tristeza en su rostro.
Es una incongruencia el que queramos tener familias felices, pero no perseveremos por tener matrimonios perdurables. Durante los años de mi experiencia, alrededor de Latinoamérica, se me ha permitido estar en contacto con más de 40.000 jóvenes confrontando el reto de la promiscuidad sexual y diversos tipos de temores; ellos, como a una sola voz confesaban: ”mi mayor problema son mis padres”.
Hay jóvenes que buscan llenar el vacío producido por la falta de amor en el hogar con el sexo. Una de las razones más importantes que impulsa a nuestros chicos a cometer errores graves en su vida, es la falta de amor y el abandono en el hogar. ¿Sabías que más del 71% de los chicos que vienen de hogares divorciados también se van a divorciar? Eso quiere decir, que cuando un matrimonio firma su sentencia de divorcio; por adelantado, también están firmando la de sus hijos cuando sean adultos. Además, es bien conocido que los hijos de hogares disueltos, son más susceptibles a tener problemas de comportamiento en la escuela, y a largo plazo, presentan más posibilidades de mostrar inestabilidad emocional, o de involucrarse en crímenes, y menos posibilidades de completar sus estudios, y de llegar a ser un profesional cuando se compara con los jóvenes que vienen de hogares con matrimonios estables.
La violencia que hoy vemos en nuestros jóvenes, es producto de la ira contenida por el mismo abandono en el hogar. En Venezuela, particularmente, en los últimos cinco años, más de 20.000 venezolanos fueron asesinados, la mayoría menores de 20 años y según los organismos de seguridad del país, la mayoría fueron cometidos por jóvenes también menores de 20 años. Paralelamente, la tasa de divorcio en Venezuela es aproximadamente 60%, mientras que el 66% de las familias están en manos de madres solteras.
La pregunta entonces es: ¿Cómo podríamos cambiar este escenario? Si tan solo nos diéramos cuenta que la felicidad y la salud emocional de nuestros hijos como adultos, depende de cómo nuestro matrimonio funcione y perdure, y además, actuáramos para conseguirlo, tendríamos una sociedad distinta.
Dios creó un modelo de familia, creó una pareja y de esta nació una familia. Esposos, lean esto: ¡La estabilidad matrimonial es prioridad en el hogar!, esforcémonos y luchemos por ser felices como matrimonio y porque los valores que les enseñamos a nuestros hijos, sean acompañados por nuestro ejemplo como matrimonio.
La Biblia dice: “Como flechas en las manos del guerrero, son los hijos de la juventud. Dichosos los que llenan su aljaba con esta clase de flechas” Salmos 127:4-5a. Según este pasaje los padres somos como ese arquero y nuestros hijos como las flechas y tenemos la responsabilidad de tomarlos, y enviarlos más lejos de lo que nosotros hemos llegado.
Si tu matrimonio es feliz, te aseguro que tendrás hijos felices y, con ello, reducirás la posibilidad de que cuando sean adultos tomen malas decisiones.En tus manos está la opción de escoger cómo vas a marcar el destino de tus hijos. ¿Qué vas a hacer al respecto?
“Instruye al niño en su camino, y ni aun de viejo se apartará de él.
Proverbios 22:6 (RVR1995)
Por: Ivan Pirela