Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, justo antes de ascender al cielo, comisionó a sus discípulos diciéndoles: “Recibirán poder, cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, y en Samaria, y hasta los confines de la tierra” Hechos 1:8. A este mandato, conocido como la Gran Comisión, algunos le han llamado la “Gran Omisión”, por la falta de cumplimiento por parte de muchos cristianos hoy día a ésta orden.
Por nuestra parte, hoy tenemos buenas noticias para todo aquel que quiera asumir su responsabilidad, y contribuir, obedeciendo el mandato del Señor Jesús; no importa cuál sea tú profesión u oficio, Dios puede usarte en la extensión de Su Reino, como lo hizo con el niño que entregó a Jesús lo único que tenía: cinco panes y dos peces, con los cuales se alimentaron más de 5.000 personas; siempre y cuando, dispones tus recursos para Dios, Él los multiplicará de una forma extraordinaria.
Las oportunidades de servicio misionero a corto plazo, están abiertas. Mi experiencia personal incluye, el haber servido como traductor intérprete para un grupo evangelístico foráneo que viajó a Maracaibo, Venezuela, por una semana. También pude participar, junto con más de 6000 jóvenes de distintas partes del mundo, en el congreso “Love Europe”, el cual, incluyó una semana de entrenamiento, seguidas por cuatro semanas de evangelismo en diferentes comunidades europeas. Durante esa experiencia tan especial, tuve la oportunidad de testificar del amor de Cristo a diferentes culturas, incluyendo musulmanes en Holanda. A pesar de mi escaso conocimiento previo de la cultura musulmana y europea, pude aprender y contribuir con el trabajo que otros misioneros estaban ya desarrollando en ese país. Esta experiencia, transformó mi forma de pensar, y me inspiro a dedicar más de mí, al cumplimiento de la Gran Comisión.
Durante las misiones de corto plazo, el participante puede llegar a experimentar en un tiempo corto, lo que significa el trabajo misionero, y ver como Dios puede usarle y, aun mostrarle, Su voluntad para un futuro compromiso a más largo plazo. Asimismo, la iglesia de la cual los participantes forman parte, puede entonces contar con personas más comprometidas, entrenadas y motivadas a apoyar el trabajo misionero que pueda desarrollar la iglesia.
Personalmente, motivado por mis experiencias, yo te invito a que en tus próximas vacaciones, inviertas tu tiempo obedeciendo y apoyando el trabajo misionero; experimentado en carne propia, la bendición de ser testigo hasta lo último de la tierra, poniendo tus recursos en manos de Dios, para contribuir en la extensión de Su Reino en la tierra.
“Mientras tanto, los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando el evangelio. Fue así como Felipe llegó a la ciudad de Samaria, y allí les predicaba a Cristo. Toda la gente escuchaba con atención lo que les decía Felipe, y oían y veían los milagros que hacía”
Hechos 8:4-6 (RVC)
Por: Hebert Sardy