Los seres humanos somos seres mortales, nacemos para vivir un tiempo determinado y luego, morir. En la vida aprendemos el significado, el valor y la razón de nuestra existencia. La convicción de nuestra existencia finita nos debe motivar a cumplir el propósito de nuestra vida, aplicando principios que nos ayudan a vivir sana y productivamente.
De la Biblia aprendemos como Dios creó al hombre del polvo de la tierra y le dio vida (Génesis 2: 7), y como la enfermedad y la muerte entraron a la humanidad por el pecado* de Adán (Génesis: 2,3; 1Corintios 15: 21-26). De allí, como humanos somos seres mortales físicamente, y separados de Dios por el pecado innato en nuestra naturaleza.
Por amor, Dios Padre nos llama a ser reconciliados y adoptados como hijos por medio de Jesucristo para vida eterna espiritual (2Corintios 5: 19); a ser transformados en mente y alma por Su Palabra (Romanos 12: 1-3) y a ser resucitados y transformados en el cuerpo para eternidad, al vencer el postrer enemigo que es la muerte (1Corintios 15: 21-26, 1Tesalonicenses 4: 13-18).
En principio, la voluntad de Dios es que vivamos una vida saludable en la tierra (Génesis 25:7-8, Salmo 90:10). Cuando se presenta la enfermedad, Dios sana a sus criaturas por amor, por su misericordia. Como hijos de Dios, redimidos por la sangre de Cristo, podemos experimentar la sanidad que el Señor nos promete (Isaías 53:3-5, 1 Pedro 2: 24).
Veamos a continuación, algunos principios bíblicos de sanidad y salud para aprenderlos y poder declararlos para nuestra vida:
Dios quiere que seamos sanos. Los planes de Dios para nuestra vida son buenos, son planes de bien que dan esperanza, de manera que podamos realizar en la tierra, las obras que el preparó de antemano. Jeremías 29: 11-13, Efesios 2:10, 3 Juan 1: 2 , Salmo 138:8
- El Señor es Nuestro Sanador. Éxodo 15: 26; Salmo 103: 1-5, Isaías 53: 5 (1-12)
- El Señor quita la enfermedad de en medio de nosotros. Éxodo 23: 25, Deuteronomio 7: 15
- Él envió su palabra y nos sana. Salmo 107: 20
- El restaura nuestra salud. Jeremías 30: 17, Salmo 34: 17, 19, 20, Mateo 8: 16-17
El precio de nuestra sanidad ha sido pagado. Como consecuencia del pecado, el cuerpo se enferma, pero nuestro Señor Jesucristo pagó el precio de nuestra sanidad integral al llevar a la cruz el pecado de nuestra humanidad
- El Señor Jesucristo llevó nuestras enfermedades a la cruz, y por sus heridas fuimos curados. Isaías 53: 5, Mateo 8: 17, 1Pedro 2:24
Debemos ser persistentes y perseverantes en la búsqueda de la sanidad
- Dios nos dio pautas de conducta y de alimentación que nos ayudan a mantener la salud del cuerpo y del alma. Además de lo que comemos y hacemos; debemos cuidar lo que hablamos, pensamos y sentimos ya que esto también nos ayuda a mantener una vida sana y saludable. Proverbios 3: 5-8; Proverbios 4: 20-23, Proverbios 17: 22, Proverbios 18: 21, Números 12: 1-15, 1 Corintios 10: 8-11, Filipenses 4: 6-8.
- La oración por sanidad es una indicación, un mandato. Santiago 5: 14-16. Existen varios estudios científicamente organizados, publicados en revistas médicas científicas que comparan la evolución clínica de pacientes por los cuales se ha orado por su sanidad con aquellos por los cuales no se ha orado. Los resultados son significativamente mejores cuando se ha orado por los pacientes.
- Al igual que otras cosas, la sanidad podemos pedirla a Dios. Juan 15: 7, Filipenses 4:6
- La obediencia a la Palabra de Dios nos ayuda a mantener la salud y nos promete una larga vida. Salmo 92: 12-15, Salmo 103: 1-5, Efesios 6: 2-3.
- La oración por sanidad debe ser persistente y perseverante. Lucas 18: 1-8
- Debemos declarar lo que Dios nos promete en su Palabra y de esa manera, desarrollar una actitud de protección y defensa. Marcos 11: 22-25, 2 Corintios 1: 20, Santiago 1: 17, Filipenses 4: 8
- El ministerio del Señor Jesucristo en la tierra culminó cuando se entregó y murió en la cruz como sacrificio perfecto por nosotros, por nuestros pecados y resucitó como las primicias de resurrección. Su ministerio en la tierra comenzó predicando el Evangelio, las buenas nuevas de Salvación, enseñando y haciendo milagros, incluyendo el sanar a los enfermos. Mateo 4: 23. Hebreos 13: 8
Debemos buscar la vía de nuestra sanidad
Sabiendo que la voluntad de Dios nuestro Señor es que seamos sanos; cuando la enfermedad llega, debemos orar a Dios Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo por su dirección para que podamos entender cuál es nuestra vía para nuestra sanidad; bien:
1) Instantánea en forma milagrosa
2) Progresiva a través de:
a. Modificaciones de hábitos y conductas. Romanos 12: 1-3. 1Corintios 3:16-17; 1 Corintios 6: 9-20, Efesios 4: 31, Proverbios 28: 7. Debemos estar conscientes de que somos seres tridimensionales: espíritu, alma y cuerpo. Nuestra alma y espíritu influyen en nuestras actitudes y respuestas tanto físicas, como fisiológicas y psicológicas. En ocasiones la consecución de la sanidad amerita la confesión de pecados, el perdón a personas o el perdón a uno mismo. También; puede ameritar la sujeción al Señor no expresada previamente; la resistencia al enemigo de nuestras almas o aun el hablarle a las montañas que se hallan interpuesto, por ejemplo: ordenarle a la enfermedad que deje nuestro cuerpo, en el nombre del Señor Jesucristo y ordenarle a nuestro cuerpo que funcione en armonía y en obediencia a la Palabra de Dios. Marcos 11:22-26, 2Corintios 10: 4-6, Santiago 4: 5-10, 1Pedro 5: 6-1.
b. Medicina Natural: las plantas y los minerales son partes de la creación de Dios. Nuestros cuerpos básicamente contienen los mismos componentes que la tierra, en cantidades balanceadas. De las diferentes culturas aprendemos del uso de elementos naturales que sin procesamientos tecnológicos han sido usados por siglos y son usados en la actualidad para mantener el cuerpo y la mente sana. Algunos ejemplos los podemos encontrar en la Biblia. 2Reyes 20: 1-11, Juan 9: 1-12, Apocalipsis 22:2
c. Medicina tecnológica. Dios nos dio la habilidad para aprender sus principios biofísicos, fisiológicos y psicológicos. Hoy día, la Medicina Ortopática, Osteopática, Homeopática usan la cirugía, los avances tecnológicos y farmacéuticos naturales o sintéticos para la prevención y el tratamiento de diversas enfermedades.
En la Biblia vemos diferentes medios de consecución de la sanidad y también vemos como aun el Señor empleó diferentes métodos de sanidad. Mateo 9, Marcos 8: 22-26, 2Reyes 5: 10; 2Reyes 20: 1-11
Revisar raíces causales de enfermedades en edades productivas
a. La violación de las leyes naturales de Dios que básicamente quedan encerrados en los 10 Mandamientos. Lee: Éxodo 20: 1-17, Mateo 5. Cuando violamos las instrucciones y principios que Dios estableció, usualmente lo hacemos en hábitos y costumbres alimentarias, el uso de productos químicos no naturales o en la alteración de la genética o de los procesos naturales para la siembra y la cría de animales que deterioran la calidad de los alimentos que ingerimos. Los libros de Levítico, Números y Deuteronomio nos dan información al respecto. Igualmente, la falta de reposo también ha sido reconocida como un factor causal de enfermedades. Éxodo 20: 8-11
b. Mantener pecados inconfesados. Mateo 5: 22-24, 1Corintios 11: 27-30, Hebreos 12: 15, Santiago 5: 9. De nuevo, la falta de perdón hacia uno mismo o hacia otros; las enemistades y los desbalances emocionales pueden influir en el establecimiento, desarrollo y en la evolución de las llamadas enfermedades psicosomáticas, enfermedades inmunológicas y el cáncer.
c. Independientemente de los factores descritos, la enfermedad pudiera presentarse en algunos casos para que la obra de Dios se manifieste. Juan 9: 1-3
Ante la enfermedad, procede y espera la sanidad pues el Señor Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Hebreos 13: 8. “Mi Señor y Dios, te pedí ayuda, y tú me sanaste”Salmos 30: 2
*Pecado: Cosa que se aparta de lo recto y justo, o que falta a lo que es debido. Transgresión consciente de un precepto religioso.
*Salvación: Consecución de la gloria y bienaventuranza eternas. Ser exculpado, probada jurídicamente la inocencia o libertad de alguien o algo.
Real Academia Española
Por: Dra. Ledy Maldonado Rivas